“Estos nervios periféricos pueden verse afectados en su trayecto por diversas patologías, algunas de las cuáles pueden requerir un tratamiento quirúrgico.”

¿En qué consiste la patología del nervio periférico?

Una vez abandonan la columna vertebral, las raíces nerviosas se combinan entre sí para formar los nervios periféricos que posteriormente se dirigirán a los músculos para transmitir las órdenes provenientes del cerebro que posibiliten los movimientos. Por otro lado, los nervios sensitivos recogen la información de los sentidos y se dirigen hacia la columna en un camino de vuelta que lleva esta información a través de la columna y la médula hasta el cerebro para su correcto procesamiento e interpretación.

Estos nervios periféricos pueden verse afectados en su trayecto por diversas patologías, algunas de las cuáles pueden requerir un tratamiento quirúrgico.

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Especialista en columna vertebral

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Valoración pormenorizada e individualizada

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Técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas

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Estudio del caso y tratamiento

El nervio periférico puede verse afecto por distintas patologías

Síndromes por atrapamiento

En su recorrido, los nervios en ocasiones atraviesan canales o estructuras estrechas conocidas como “correderas anatómicas”. Por determinados motivos, el calibre de estas correderas puede verse aún más reducido, por ejemplo, por una hipertrofia de los ligamentos que lo delimitan. Esto conlleva un estrangulamiento del nervio a este nivel que se traduce en síntomas como dolor, hormigueos, pérdida de fuerza o incluso atrofia de la musculatura dependiente.

Los más típicos y frecuentes que se ven en la consulta de un neurocirujano son:

Síndrome del túnel carpiano:

Patología típica de “personas que trabajan con sus manos” como manipuladores, escritores u oficinistas. A nivel de la muñeca, el túnel del carpo conforma una corredera a través de la cual transitan diversos tendones de la mano y el nervio mediano. Está delimitado por lo huesos del carpo y en su cara palmar por una estructura ligamentosa denominada “retináculo”. Cuando este retináculo se hipertrofia, el nervio mediano se ve comprimido, produciendo un típico dolor en la muñeca que se irradia hacia los dedos y también en sentido proximal hacia el brazo. El dolor en ocasiones es descrito como “corriente eléctrica” y se asocia a sensaciones molestas como hormigueos o perdida de sensibilidad, así como torpeza al manipular con esa mano.

Un adecuado diagnóstico implica una detenida exploración clínica y la prueba conocida como electromiograma. Su tratamiento quirúrgico consiste en cortar este retináculo (retinaculotomía) bajo anestesia local a través de una pequeña incisión en la muñeca con el objetivo de liberar las estructuras atrapadas.

 

Síndrome de atrapamiento del canal cubital:

A su paso por el codo, el nervio cubital atraviesa otra de estas correderas. Su atrapamiento provoca dolor lancinante, eléctrico, que se irradia hacia el antebrazo llegando en ocasiones hasta los dedos meñique y anular, así como dolor e hipersensibilidad en el codo, a nivel del nervio propiamente dicho.

Cuando precisa de tratamiento quirúrgico el procedimiento de elección es una trasposición cubital en la que el nervio es liberado de los ligamentos que lo contienen y traspuesto” por encima de los mismos, mediante una intervención que puede ser realizada también con anestesia local.

anatomia sistema nervioso

Otros síndromes de atrapamiento:

El síndrome del desfiladero torácico (a nivel aproximadamente de la clavícula) es una patología más compleja de tratar y que a menudo requiere de la ayuda de un cirujano torácico. Otras localizaciones anatómicas también pueden dar lugar a estos síndromes, aunque de manera menos frecuente.

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Neuralgia del trigémino

Implica al nervio trigémino o quinto par craneal, el cuál es el responsable de recoger la sensibilidad de la cara. También se conoce como “tic doloroso (tic doloreux en francés)”.

Es una temible patología debido al intenso dolor e incapacidad que provoca, frecuentemente reconocido como uno de los dolores más intensos que puede experimentar un paciente. En casos severos puede ir asociado a intentos de suicidio. Se trata de un dolor lancinante, quemante, en forma de intensas descargas que se distribuyen en la superficie de la cara según la rama afectada del nervio (frente, mejilla o mentón) que puede ser una o varias. Se trata, inicialmente, con fármacos antiepiléticos, el más común la Carbamazepina. En casos rebeldes existe la disponibilidad de algunos tratamientos invasivos (realizados en quirófano bajo anestesia local) como la radiofrecuencia o rizólisis, la instilación de determinados compuestos alcohólicos en el ganglio del nervio, o la radiocirugía.

En otras ocasiones, especialmente en pacientes jóvenes, se puede optar por una intervención quirúrgica (operación de Janetta) en la que a través de una craniotomía se descomprime el nervio afectado, interponiendo una pequeña lámina de teflón entre el mismo y un vaso sanguíneo que, típicamente, se puede encontrar en estos pacientes y cuyo latido en contacto con el nervio es el que, teóricamente, provoca la irritación y el dolor.

Tumores de nervios periféricos

Los más frecuentes son los schwanomas o neurinomas, y son tumores benignos. El motivo más común de la decisión de operarlos es el crecimiento que en ocasiones experimentan, pudiendo afectar a las fibras sanas del propio nervio o incluso a estructuras anatómicas vecinas que pueden verse comprimidas o desplazadas.

Normalmente su extirpación se lleva a cabo bajo control neurofisiológico intraoperatorio mediante potenciales evocados, electromiograma quirúrgico y otras técnicas.

Neuropatías periféricas

En el contexto de otras patologías que afectan de manera general al resto del organismo, los nervios pueden verse afectados por distintos motivos, como el depósito de determinadas sustancias, alteraciones en su metabolismo o degeneración de su envuelta de mielina entro otros.

Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o situaciones como carencias nutricionales, abuso de sustancias, etc.. son algunos ejemplos.

Por lo general, no son patología que comprendan un tratamiento quirúrgico y su manejo queda en el ámbito de otras especialidades como la Medicina Interna o la Neurología.

Otras patologías que pueden afectar a los nervios periféricos

Traumatismos indirectos de la suficiente energía pueden provocar desgarros o elongaciones de algunos nervios o plexos nerviosos. En otras ocasiones, traumatismos directos, como los provocados por ejemplo por armas blancas, pueden seccionar o dañar las fibras nerviosas.