Las facetas articulares son pequeñas articulaciones que ejercen de nexo de unión entre una vértebra y la adyacente en la parte más posterior de la columna. Cuando son sanas poseen un cartílago lubricado que ejerce de superficie de rozamiento de modo que el movimiento de las mismas es suave y fisiológico, y no produce síntomas. La degeneración de estas facetas genera cambios como por ejemplo el desgaste del mencionado cartílago y su lubricante, produciendo un roce entre las carillas más traumático, que produce dolor. Típicamente, el dolor se localiza en la región lumbar, a ambos lados de la línea media, y empeora con el esfuerzo, pero también en ocasiones es referido por los pacientes como “en frío”, es decir, el paciente comenta por ejemplo que le duele mucho por la mañana al levantarse y conforme va moviéndose y “calentando” mejora. El diagnóstico pasa por una entrevista y exploración pormenorizada del paciente y por lo general una resonancia magnética, en la que pueden apreciarse los mencionados cambios degenerativos.
Una buena opción para esta patología, en pacientes bien seleccionados, puede ser la radiofrecuencia facetaria o rizólisis, que además cuenta con la ventaja de ser un tratamiento no invasivo y no quirúrgico.